29.8.16

La mujer musulmana tiene derecho al burkini, pero sin coacción

La población musulmana llegó a Europa, fundamentalmente desde la Península Arábiga y desde el Norte de África. Han traído sus culturas, sus tradiciones y su religión pero el uso que los yihadistas están haciendo de la religión han provocado un sentimiento islamofóbico en una parte de la población occidental, que ha provocado una dificultad añadida a la hora de aceptar sus costumbres.

La desconfianza se ha tornado en perjuicios que afloran al visibilizar los rasgos que les señalan como seguidores de la religión musulmana. Unos símbolos que se reflejan, sobre todo, en la mujer musulmana.

Lo triste es que polémicas como la del velo o la  del “burkini” en verano, independiente de que guste o no, lo autoricen o lo prohíban, sólo se quedan  en la estética, en lo visible,  en lugar de generar el debate de fondo, que no es otro que la sumisión de la mujer al hombre, algo que no puede convivir en una sociedad democrática. ¿Igualdad o Islam?  

La mujer musulmana está en su derecho si lo lleva sin coacción, ya sea por mandamiento del Corán, o libremente. Nadie se escandaliza aquí cuando se trata de una monja de cualquier congregación religiosa católica. Ellas eligen vestir el hábito.

El problema surge cuando es la familia o el marido quien impone a la mujer cubrirse la cabeza. Una imposición que muchas veces las musulmanas no lo ven como tal, al haberlo vivido desde siempre en una sociedad islámica.  Es la eterna esclavitud  por el dominio del hombre, maniatando su libertad para decidir por ellas. Alguien dijo  “Mira por sus ojos y verás su sufrimiento”.

Daniel Gallardo Marin