4.12.16

El Real Zaragoza necesita un buen líder en empresas

Ayer vi el partido del Real Zaragoza con unos amigos. En la tele claro. No soy masoca ni futbolero, me gusta como espectáculo incluso social y como ejercicio práctico de equipo en todas sus vertientes. El deporte enseña o debería enseñar a comportarse en equipo (dos ya puede ser un equipo) ante cualquier dificultades en la vida.

Ayer el Real Zaragoza cometió un solo error. ¡No debería existir sin una reforma integral!

Que alguien como yo, sin idea suficiente de fútbol y en una ventana que normalmente nunca habla de fútbol, saque el tema del Real Zaragoza es un indicativo de que estamos llegando (¿todavía no hemos llegado?) a ese punto de no retorno. La ciudad no se merece a este Real Zaragoza.

Surgieron hace un tiempo unas personas que creíamos representaban a unas empresas cercanas a Zaragoza, con la idea de intentar rescatar el desastre de un tipo peor que mediocre. El tiempo nos ha demostrado que aquellas ilusiones también fueron falsas y que los motivos reales de aquel salvamento lo ha conducido a esa grisura triste de la nada.

El Real Zaragoza no debe arrastrarse lleno de mercenarios sin ganas de pelea y de unos pocos jugadores con mucha edad y puede que ganas, pero poca chicha.

Lo curioso es que ya no podemos señalar a culpables individuales, a entrenadores voluntaristas, a situaciones extrañas. Ahora el problema es el proyecto. Ya lo era hace bastantes meses. Arrastrarse con desgana, con pena, con desidia, por tierras lejanas llevando el nombre del Real Zaragoza es un desatino. Y como no deberíamos consentirlo nos quejamos.

Que yo mismo opine que el fútbol es un espectáculo más, no invalida la realidad de que esto que digo es falso. Es mucho más, pues mueve a miles o millones de personas y los mueve en suficientes ámbitos como admitir que el fútbol es un motor social, sean ámbitos informativos, como espectáculo, en tertulias, en conversaciones entre conocidos. Representa pues a ciudades en todo el mundo. Para bien y para mal.

En cualquier empresa, equipo, proyecto, si no hay un concepto claro de hacia dónde queremos ir (nos dicen que el Real Zaragoza lo tiene) más el análisis sincero de las posibilidades y fortalezas para poder llegar a la meta (el Real Zaragoza no lo tiene) más la implicación real de todos los integrantes del equipo humano para realizar el plan de empresa, y una cierta cintura capaz de sortear con profesionalidad las dificultades añadidas que en todo camino van surgiendo…, pues no hay proyecto válido que se pueda llevar a cabo.

No hay equipo, sobran aprendices y peones, faltan torres y damas, damos la sensación de no conocer las reglas ni el tablero, y excesivas veces amenazamos veladamente con dar un puñetazo sobre las piezas para anular la partida. Eso no es deporte, sino ganicas de jugar a joder. En este caso a joder la ciudad que representan.

¿Alguna vez, alguien, puede imaginarse que se resolverá el problema del campo de La Romareda del Real Zaragoza, si seguimos dando la idea de no ser nada, y que se sustenta todo el proyecto sobre alfileres sin punta?
 
Julio Puente Mateo