15.4.11

El Mercadillo de San Vicente de Paúl en Zaragoza, está herido

Hemos visitado el mercadillo de San Vicente Paúl, uno de los más emblemáticos de Zaragoza y recién remodelado en su totalidad, hace menos de un año, con una inversión superior a los dos millones de euros.
Quedó muy práctico, moderno, ordenado y con amplias posibilidades de expansión y de dar servicios complementarios a los típicos de mercadillo de alimentación, en una zona además, muy céntrica que necesita una revitalización.
Pero parece que nos ofuscamos en hacer inversiones en ladrillos y pintura y no en ideas y decisiones realistas. SE debería insistir en revitalizar un mercado con más de 65 años a sus espaldas, que necesita, sabiendo que los mercadillos tradicionales están tocados y heridos, de un impulso “diferente”. Pero no se ha hecho nada.
En la actualidad, en la planta baja hay siete espacios sin ocupar dentro de un mercadillo recién reestrenado (hace menos de un año), toda la planta segunda está sin utilizar como zona comercial y lo mismo sucede con la planta baja. De nada me sirve convertir en oficinas algunas zonas, pues es matar el sentido de un mercadillo que debería haber sido dotado de más posibilidades comerciales. Como zona comercial de productos directos desde el campo ala ciudad, por ejemplo. Pero también dotando una planta como zona de antigüedades, de artesanía, de alimentación diferente y especial, de mezcla de pequeños bares y cafeterías con zonas de exposiciones culturales, etc.
No se trata muchas veces de sacar un beneficio con los alquileres públicos, sino de dotar de vida a los lugares. Si están vacíos tampoco dan beneficio, sino al revés. Hay que llevar a personas y no ladrillos, a los lugares que están empezando a caer, comenzando a morir por inanición. No se trata de grandes inversiones sino de ideas, de gestiones, de trabajo y estudio de posibilidades atrevidas. Todo menos dejar que se vaya muriendo poco a poco, por inanición pública.