7.4.12

Historia de un capitán y Gobernador llamado Aben Aire

La calle de Aben Aire en Zaragoza se encuentra en el Casto Histórico, en la zona del barrio de San Pablo. Es la primera que aparece en nuestro callejero y tal vez por eso la conocemos, pues es una calle pequeña y algo escondida, enfrente de las murallas romanas.

¿Pero quien era Aben Aire?. Pues un Gobernador árabe de la Zaragoza dominada por el Califa de Al-Andalus desde su capital en Córdoba, Abderramán III, que en el año 912 lo nombra como su monarca y Emir de nuestra Zaragoza, tras convertirse Abderramán III en Califa de toda la España árabe.

 En aquellos momentos habían grandes guerras interiores, contra al Califato de Córdoba, y entre las ciudades levantadas se encontraba Sarakusta, lo que tal vez nos indique que el capitán Aben Aire participó contundentemente contra los sublevados de Sarakusta y tal vez como premio le fue otorgado el gobierno de la ciudad pacificada.

Nuestro primer Gobernador árabe dela época de Abderramán III, de una ciudad llamada entonces Sarakusta Albaida (La Blanca) por su gran uso de cal y alabastro en las construcciones y en la pintura de las paredes exteriores de sus edificios. Zaragoza fue ocupada por los árabes en el año 714, en un proceso que se cree no violento, pues la población estaba más que harta de los visigodos y la ocupación por los árabes representaba una esperanza de cambio. 

Era un capital de su ejército del que por lógica participó con fiereza en la defensa de sus ideas y sublevaciones interiores, pero esto solo se supone. Pero en Zaragoza o Sarakusta dejó en su periodo de gobernador una obra que todavía está entre nosotros (más o menos), el Palacio de la Zuda (de la Sudda) en la esquina de las murallas romanas junto al Ebro. Hoy quedan restos de la cimentación de lo que fue el Palacio de La Zuda o centro de gobierno de la ciudad, palacio en donde Aben Aire ejercía su trabajo hasta que los gobernadores árabes trasladaron sus residencias oficiales a la actual Aljafería. Se construyó el Palacio en una de las esquinas de las muralles de Sarakusta, una de las fortificaciones más conocidas en aquellos siglos por su potencia defensiva y grosor.

Aquel Alcázar se construyó siguiendo la idea de las murallas, con potencia en sus paredes y diseño y se empleó al final del periodo árabe en Zaragoza como residencia de invierno del Rey taifa. Hoy queda como elemento en pie la torre del homenaje totalmente reconstruida en el siglo XVI, que se asiente sobre una de las torres de la muralla, pero en su momento de mayor uso ocupaba la zona de la actual Iglesia de San Juan de los Panetes y aledaños.