10.10.14

Hay que rediseñar los espacios públicos y darles más sentido de uso

Zaragoza está estos días llena de gente por las calles. Es fiesta, hace buen tiempo y hay ganas. Los zaragozanos y sus turistas han tomado las calles. Hay que reivindicar el espacio público y darle sentido de ocio, de estar, de uso suave. Hay que replantear el espacio público como lugar importante, con los condicionantes que nuestra ciudad tiene para poder utilizar la calle como elemento válido en todo momento.

Es un camino de rediseño en dos fases. Abrir nuevas posibilidades urbanas y darles sentido de uso útil. Tenemos en Zaragoza un exceso de buenos lugares públicos, de enormes espacios públicos para ser utilizados por las personas, pero no falta definirlos y llenarlos de personas. Algo complicado, sin duda.

Desde hace décadas, hemos tenido en el Ayuntamiento de Zaragoza el mismo problema para definir en qué ocupar los espacios públicos, sin que veamos novedades interesantes. El gran problema no son las inversiones, que hoy lo pueden ser, sino el definir para qué, en qué, por qué vamos a crear nuevos espacios urbanos para uso público.

Hay ciudades europeas con el trabajo bien realizado, aunque hay otras y conocidas, que están peor que Zaragoza. El exceso es un gran hándicap, pues diversifica las ideas y las inversiones sin explorar nuevas posibilidades, sin ponerlas en valor por la dispersión de la oferta y la demanda.

No es tiempo de grandes espacios, ni de muchos espacios. Posiblemente sea el tiempo otra vez de la clásica Plaza Mayor rediseñada, una por cada 20.000 a 30.000 vecinos, fija y claramente asumida por todos los vecinos como punto de referencia, y ocupada constantemente por modernidad leve pero sobre todo por comodidad de uso. Hay que llevar personas a estos espacios, y para ello hay que llevar antes servicios de uso, de comodidad, y analizar qué se debe hacer en cada momento, sin criterios rígidos pero si con un mínimo de actividad.

La suma de servicios públicos y privados es tal vez el punto de sinergia más importante. Tenemos plazas pequeñas repartidas por Zaragoza que están llenas de personas descansando, niños jugando, cafeterías llenas, un uso intensivo del que deberíamos aprender. Basado sobre todo en pequeños conceptos. Seguridad para los niños, lugar abrigado y recogido, alejado del tráfico pero de acceso muy sencillo, céntrico para muchos vecinos, con algún servicio añadido leve, como una zona de juegos infantiles o una zona verde que sirve para jugar al balón. Bancos, control del cierzo, poco ruido y tráfico, árboles que naturalizan el entorno, y un punto añadido de actividad pública.

Limpieza sobre todo, algo que entendemos básico y no se cumple. Y actividades públicas puntuales que sirvan de revulsivo, de motivación temporal, de atractivo para atrapar visitas. Y adaptar los espacios ahcia la comodidad de uso.