14.11.14

¿Qué era la figura del "zalmedina" en Zaragoza?

El Zalmedina era una figura principal en la Zaragoza ya cristiana (y otras zonas de Aragón) que ejercía jurisdicción ordinaria e importante, creada por el Rey de Aragón basándose en la anterior figura del Zabalzorta de los musulmanes, y que hasta el año 1705 existía en otras parte de aquella España, aunque con distintas funciones.

Era el jefe de la policía, juez supremo o de última instancia en asuntos criminales, inspector de tierras y pleitos importantes y cuidados de que se ejecutaran las sentencias de instancias judiciales inferiores. Era también el policía de los policías, el que velaba de que estos actuaran siempre conforma a la ley.

Era obligatorio que habitara en el Reino de Aragón y podías ser nombrada una persona de cualquier condición pero que fuera ciudadano de Zaragoza y no podía durar su cargo más de tres años (desde el reinado de Fernando I, pues antes era un cargo vitalicio). En caso de que el nuevo cargo tardara en poderse hacer cargo de su puesto, se podía alargar hasta 3 meses más el cargo del anterior. Curiosamente siempre debía portar una vara en sus manos como signo de poder y mando. Simbólico pero obligatorio.


Tenía un buen sueldo, era un cargo con mucho poder judicial en Zaragoza que a veces tropezaba con los asuntos del Justicia de Aragón, pero también grandes responsabilidades y unas penas muy tasadas con la pérdida de parte de sus sueldos e incluso cárcel, si no cumplía con sus muchos deberes y trabajos, para los que disponía de lugartenientes, aguaciles, etc.

Debía dejar su oficio anterior y dedicarse bien y fielmente al nuevo puesto, jurando lealtad al Rey. Entre sus funciones estaba la de visitar todos los viernes la cárcel y a los presos para ver que eran bien tratados. Y debía cuidar que las limosnas obligatorias eran bien repartidas entre los más necesitados. No debía entrar en temas de pleitos considerados menores y solo en aquellos de importancia para la ciudad y sus habitantes. Pero tenía la potestad de devolver las armas a quien la policía de entonces se las hubiera quitado, pues en realidad era un Jefe de Policía. Y no podía ausentarse de Zaragoza y sus términos de actuación, si no era por una causa muy justa y para ello debía pedir permiso al Rey o a los Jurados, perder parte de su salario y nunca hacerlo a la vez que su lugarteniente.

No era posible repetir en el cargo si se habían terminado los tres años del mandato, excepto que estuviera otros tres años sin serlo y volver a ser elegido por el Rey. Para su elección los Jurados de la ciudad elegían una terna de cuatro vecinos que eran presentado al Rey y este seleccionaba entre ellos al Zalmadina. Una vez elegido no podía ser reemplazado en posteriores periodos por ninguno de sus familiares más directos.

Esta cargo de Zalmedina viene de las épocas en que Zaragoza estaba habitadas por los árabes y se mantuvo junto a las nuevas figuras jurídicas tras la Reconquista pues hacía unas funciones diferentes y que se complementaba con otras figuras jurídicas nuevas. Sería un cargo simular al actual Gobernador Civil o al cargo de la época romana Comes Civitatis o al Dux en los periodos visigodos, gobernadores militares y civiles de las grandes ciudades o de las provincias.

En Zaragoza tenemos una calle en el Rabal en recuerdo a esa figura jurídica que en Zaragoza tuvo una importancia superior y más amplia y larga que en otra zonas de España.