4.4.16

Visiones singulares de Aragón: entorno de la Magdalena, Zaragoza, y Bolea. Hanami aragonés

Dedicado a Irene Figueroa Mimó, Irene de Alegre. En este momento reside en Kyoto. Me mandó bellísimas fotos de la floración japonesa. Te queremos.

Este día otoñal, de agua para las patatas, será crucial para retardar un poco lo avanzados que van los cereales y frutales esta campaña. Agua de abril, para llenar los graneros. Menos en la montaña, que está lloviendo tanto que no pueden echar nitrato en los campos. A lo largo de este mes, que será nuestro mes de María, vamos a reivindicar y compartir con vosotros la floración aragonesa. Hanami, que se dice en japonés. Os invitamos a mirar las flores. Mirar su belleza.

Hay dos lugares donde hoy ponemos nuestra atención: urbano y rural. En Zaragoza, la calle Universidad del muy querido barrio de la Madalena exhibe su momento más glorioso del año. La umbría generada por el instituto que ha sustuido a la antigua Universidad de Zaragoza –edificio bellísimo, está permitiendo que las columnas de árboles en dicha calle plantados presenten su espectacular presencia floral que durará unos 10 días. Se trata de los denominados “árboles del amor”, del que también existe un bellísimo ejemplar en la Plaza San Franciso.



Calle Universidad, barrio de la Madalena y plaza San Francisco (entorno de la actual Universidad), Zaragoza. Lugares por equipamientos y árboles hermanados.

Os añadimos foto del de la plaza. Es verdad que Zaragoza está perdiendo en general gusto por el cuidado de los árboles, pero hay excepciones. En todo caso, en la entorno de la torre de la Madalena el efecto es una cortina-bóveda floral preciosa creada por los árboles, que compensa un poco la pérdida de la sede universitaria. En la foto histórica, se advierte que la actual imagen de la Madalena, por tan turolense, no es sino una recreación en una rehabilitación que en el presente momento no se llevaría a efecto. Se debe comparar con la autenticidad y respeto de la restauración de San Gil Abad.

El espectacular retablo de Bolea. Renacimiento pictórico aragonés. 
Bolea el Japón aragonés de secano.

Contrastamos la Madalena con un hanami no urbano. Es el momento de visitar Bolea y su entorno, ver sus trigales desde la barbacana de la Colegiata, entrar a admirar uno de los mejores retablos renacentistas europeos y luego dar una vuelta por sus cerezos, ordenados o históricos… Pasar un día maravilloso y comer buena gastronomía en Bolea, a terminarse con un aguardiente de cereza. Las imágenes corresponden a una brotación de cerezo ornamental y al paisaje de Bolea hace dos semanas, con Gratal levemente nevado, en conjunción con la blancura de la flor de cerezo.

Aragón: bellísimo destino floral. Nada hay que inventar ni invertir, ya se tiene y es una forma, además, de reivindicar la especial calidad de nuestra fruta. Que el Gobierno de Aragón despierte en este punto.


04/04 Luis Iribarren.