14.7.16

¿Para qué sirven los Vocales de Distrito en las grandes ciudades descentralizadas?

Alberto Ruíz Gallardón dijo ayer en la Escuela de Verano de San Lorenzo de El Escorial, que: “Hay que crear los concejales de barrio, elegidos por los ciudadanos a los que puedan representar y sobre todo dirigirse. Hay que evitar el distanciamiento entre políticos y ciudadanos”. Sigue siendo del PP, no se ha pasado ni a CHA ni a Podemos.

En Zaragoza y en Madrid —entre otras ciudades— tenemos algo parecido de nombre pero muy diferente de capacidad. Seríamos los Vocales de Distrito el inicio de la idea que plantea Gallardón que fue Alcalde antes que fraile (o después, lo siento) y que sin duda sabe de lo que habla. Yo soy Vocal de un Distrito en Zaragoza y sé lo que se necesita y lo que podemos y no podemos hacer desde las Juntas de Distrito en Zaragoza, y su comparación con otras ciudades españolas. Y salimos perdiendo. Sobre todo los vecinos. Los Vocales salimos ganando pues así podemos trabajar mucho menos.

Gallardón viene a decir algo muy simple. Hay que modificar el Reglamento de Participación Ciudadana o como se llame en cada ciudad. Algo con lo que están todos los políticos de acuerdo. Todos, sí. Todos cuando están en la oposición, y ninguno en cuanto gobiernan o entran a gobernar. Es curioso pero es demostrativo. El actual sistema les viene muy bien a los que gobiernan pues no quieren interferencias de nadie, incluso tampoco de personas de sus propios partidos políticos. 

No es que los Concejales de Barrio o Vocales de Distrito tengan que ser unos concejales a medio gas tocacojones. Lo que pide Gallardón y pido yo (tengo derecho a coincidir con Galardón al menos una vez y aunque sea del PP, verdad?) es una figura reforzada del Vocal de Distrito con capacidad para moverse más y con más capacidad entre sus vecinos. Pero que esa función no sea potestad del partido al que represente o de la rasmia del Vocal, sino de un Reglamento que marque claramente las funciones.

El Vocal de Distrito o el Concejal de Barrio no debe ser sólo el capacico de las tortas, el recogepelotas que no sabe dónde meterlas, el que hace mociones o informes o papelicos para nada excepto engrosar el montón. Depende de partidos, efectivamente y esa es la respuesta sencilla, pero si no los dotamos de responsabilidades, no les podemos exigir responsabilidades. Esto es básico y sencillo de entender.

Entre la posición de Zaragoza, que queda muy bonita sobre el papel e inútil en la realidad, y la posición de ser Concejales de Barrio con capacidad para ser respetados por los vecinos y solucionadores de problemas ellos mismos y no con la aprobación de todos los demás, hay un gran camino intermedio que algún día se explorará de verdad y sin miedo.

La participación ciudadana, enfrente de los problemas que conoce bien por proximidad y dedicación, se debe hacer con capacidad de resolución y con aguante para saber que eres responsable de tus decisiones. Tener una figura de mirón o de mera representatividad política de barrio es otra cosa. Yo por ejemplo no voy a casi ningún acto de representación, pues me niego a ser sólo eso. Tener a personas que sólo hagan de parapetos para que no molesten los vecinos y sus representantes a los concejales, es un mal trabajo de cara a la participación y a los vecinos de una gran ciudad. Sea Zaragoza, Madrid o New York. Debemos estar para resolver, no para dejarnos ver.