9.9.16

El Ayuntamiento debe evitar estos basureros, y limpiar más

¿A quién le gusta vivir junto a un basurero? Los 500  vecinos y vecinas de la Urbanización Torreblanca, situada al lado del centro comercial  Alcampo de Utebo, llevamos años viviendo al lado de un auténtico vertedero. Administrativamente término municipal del barrio de Garrapinillos, unida al núcleo urbano a través de un camino de cabras (Camino los Llanos), por lo tanto, debería ser el Ayuntamiento de Zaragoza quien limpiara y mantuviese en perfecto estado este entorno lleno de basura que tanto la gente incívica como los efectos del viento, la depositan.  

Una charca en un estado lamentable junto a un parque que debería ser municipal, pero la desidia y lo que mal se hace, hacen que hoy nadie quiera hacerse cargo de una zona completamente abandonada. Siguiendo la carretera de Logroño hasta la rotonda de salida dirección Zaragoza, el trozo de la vía de servicio es utilizado habitualmente por camioneros para descansar, cenar y otras cosas, actividades de las que podemos comprobar, desgraciadamente, al día siguiente por todo lo que han dejado en la acera. 

Junto a esto, las bolsas y los guantes de plástico de la gasolinera del centro comercial viajan mecidas por el viento hasta nuestras propias viviendas, limitándose el C.C. Alcampo a limpiar sólo su entorno los fines de semana. El antiguo Aldi,  actualmente es otro depósito de basura de incívicos que por allí aparcan.  Un parquin abandonado, proyectado como futura zona comercial, con papeleras atestadas de basura y maleza seca junto a la urbanización.  

Ratas, insectos y un riesgo constante  de incendio. El abandono tradicional que sufren los barrios, es mayor si se trata de su periferia, y, aunque uno tiende un poco a la resignación cuando se vive fuera de los límites del núcleo de Zaragoza, este abandono traspasa los límites de cualquier penitencia. 

Así que, señores y señoras de ZeC. Si de verdad se preocupan por la gente, también somos gente que pagamos nuestros impuestos en/a Zaragoza a cambio de nada.

Daniel Gallardo Marin