21.10.16

Ideas sobre un mejor urbanismo en pequeños municipios aragoneses (4)

ELEMENTOS REPRESENTATIVOS DE LA HISTORIA O COSTUMBRES LOCALES EN LAS PEATONALIZACIONES Y ROTONDAS.
En el contexto de Europa es conocida Zaragoza por su no forma definida ni color… Como decía Mecano. Hay calles bien singulares como Conde de Aranda, perfectamente ejecutadas y con palmeras recordando no tanto a su población actual residente sino el acceso a la Aljafería, corte musulmana.
En dicha calle hay un intento de fijación de estilo de acera pretensada roja –el color de Zaragoza- con ribetes blancos. Algo así como la equipación del CAI, que luego fue puesta en el Paseo de las Damas y otras calles arregladas en el Plan E zapateril.
 
Imagen histórica de la calle Obispo, 
actualmente peatonalizada con uso de ajedrezado jaqués.
Pero son pocas calles, y las plazas del casco viejo son duras y contienen en una ciudad seca y sin piedra cercana –ahora es fácil, pero se trata de hacer un guiño histórico-, actuaciones de mármol o de granito a lo Santiago de Compostela. Ninguna calle ni plaza de ladrillo, elemento constructivo base de Zaragoza.
Nada que ver con Lisboa, Oporto o el más pequeño pueblo portugués y su uso de piedra de río blanca y negra con dibujos incluso en los barrios de nueva creación. Ahhh, Portugal, qué nuevos ricos parecemos en comparación.
Lo mismo nos pasa si vamos a las capitales comarcales, incluso pequeños municipios. Empedrados, sí, pero sin referencia alguna a que se trate de la piedra próxima con la que se edifican las casas. Ejemplos hay por doquier salvándose escasamente Albarracín: Fonz, Calatayud, Tarazona… cascos urbanos notables, que todo lo más –como hizo el Ayuntamiento de Zaragoza- ponen la estrella de David o la media luna en algunas calles.
Es de subrayar la ausencia total de la cerámica de Muel en la rotulación de callejeros y numeración de un gran número de municipios zaragozanos.
Plaza principal-plaza de toros de Chodes, Valle del Jalón, Zaragoza. Una simple fuente y ladrillo no quitan personalidad a los edificios ni a la carretera que todavía discurre entre ellos. Es una de las cumbres de la arquitectura popular aragonesa con inequívoco aire de buen gusto morisco.
Desde aquí, a modo y semejanza del Ayuntamiento de Jaca –que ha introducido un guiño en forma de ajedrezado jaqués de cemento en la calle Obispo- o de Pamplona –que ha implantado el canon de rehabilitación de Estafeta, con galería de servicios que impide abrirla y mejora las reparaciones, a todo el Casco Histórico, abogamos por la introducción de la historia de cada municipio en las calles y aceras que se rehabiliten.
Rotonda de Castellbisbal, Barcelona: oliveras, vides y… no sé ve… un carro… (homenaje que le hacemos a nuestro amigo desparecido Joan, regidor d’Urbanisme con raíz)
A través del uso de los materiales y piedras de los que están edificados sus elementos representativos, dispuestos de otro modo, claro está,  y una rotulación de calles e introducción de guiños sobre su historia que provoquen que sus visitantes quieran conocerla.
Ponemos un ejemplo de rotonda catalana porque es casi imposible encontrar un buen ejemplo en Aragón. En Cariñena no hay cepas, en Villanueva hay olivos cuando han desaparecido y en Ricla seguro que no habrá cerezos… Eso sí, esculturas caras a casco porro. En Maella anuncian rotonda con copia de “El Profeta”, pues allí nació Gargallo… Al menos… Solo hay una que se salva en mi opinión y que provoca que todo el mundo fije la atención en el nombre de la localidad y su porqué…
Rotonda de Alcañiz, con cañizos esculpidos, su origen etimológico

06/10 Luis Iribarren