23.12.17

Y si estamos peor de lo que se nos dice?

Estos meses ha visitado diversas ciudades españolas. Desde Zaragoza al norte y al sur, al este o al centro. Curiosamente donde menos banderas he visto (me da igual el color, hablo de banderas como objetos de tela) ha sido en Cataluña. Allí, parece ser, les está afectando menos el posicionamiento alrededor de una bandera de tela. Cosas curiosas.

A la vez en todas ellas, incluida Zaragoza, he observado un crecimiento de la pobreza de calle. Estamos ya en invierno, no es una temporada lógica para estar durmiendo en la calle, pero en este último año han crecido las personas que tienen que vivir de nada. Es decir…, si han crecido estas, habrán crecido y más las familias que tienen que vivir de menos.

En la misma medida ha observado una repetición machacona de que ya estamos saliendo de la crisis económica, de que todo va mejor, de que ya se crea trabajo. Os puedo asegurar que visito y estoy en la calle, y que además de viajar y de patear barrios de otras ciudades, hablo con la gente. Y la sensación no es positiva.

Tras crear la “posverdad” estamos creando directamente la mentira sin disimular, que siendo lo mismo se funde en perder las formas, para no tener que disimular. Los que dicen que no hay que ser pesimistas, tienes la suerte de no ver de cerca la pobreza.

Hay ricos en Zaragoza, y a mi me parece muy bien. Cada uno tenemos nuestros propios problemas. Pero recuerdo que hace unos meses descubrí otro lugar de esos casi escondidos donde se vive otra Zaragoza, donde se ríen aquellos zaragozanos que viven ajenos a la vida que vivimos el resto. Espacios sociales cerrados, temáticos en sus economías, que existen en nuestra Zaragoza aunque no los conozcamos. Hay varios y no me estoy refiriendo a bloques cerrados de edificios, no solo a ellos, sino también a club sociales y similares.

A veces nos podemos juntar con ellos en lugares comunes y sin sabernos diferenciar en la Zaragoza que es de todos. Pero enseguida cada uno tomamos caminos distintos y terminamos en una Zaragoza diferente.

No los estoy criticando, simplemente estoy constatando que estos lugares existen, cuevas separadas por motivos económicos y sociales donde viven esas clases sociales que se separan del resto. En Zaragoza y en todas las ciudades del mundo mundial. En estas islas no se habla de la crisis en la misma medida, la tienen o la han tenido, pero es “otra” y se la sortean desde otro bombo.

La división social y el acrecentarla es muy negativo, pues suele ser un germen de violencia a medio plazo. Si se niegan los problemas se obliga a acrecentarlos para ser visibilizados. Vuelvo al principio. 


Cataluña es un grave problema. No me cansaré de repetirlo. Aunque esté en minoría.

Y lo es por la incapacidad manifiesta de resolverlo y por el ninguneo de una parte importante de los españoles hacia algo que es una herida que ya supura. España no puede vivir igual sin Cataluña, pero la sociología y la historia nos dice que España no puede vivir con una herida sangrando pus por un excesivo tiempo.

Pobreza y división social. Mala forma de empezar el año.

Julio Puente