2.1.18

Haikus al Aragón nevado y no llovido

Me trastornan para bien los escritores nórdicos. Muy corto de familia, con nada que celebrar más que la muy buena salud de mi madre –que no es lo de menos-, en Navidad y desde antes me suelen llevar los dedos y los ojos a elegir a Mankell como compañía. A sumergirme en investigaciones que transcurren en lóbregos y solitarios paisajes suecos, donde la gente desconocida se trata de tú, donde hay una visión siempre descarnada del ser fronterizo y del paso del tiempo.

Me parece también preciosa la poética del fantástico poeta paisajista y profeta en su tierra, el nóbel Transtomer, del que os comparto un bello poema de invierno que todos los aragoneses con origen en la helada montaña hemos pensado o sentido alguna vez:

El sol estaba alto sobre el hielo, volando por el lugar, caliente y frío 
a la vez. 
El viento avanzó lentamente como si empujase un cochecillo de niño 
frente a sí. 

Las familias salieron, vieron cielo abierto por primera vez 
en mucho tiempo. 
Estábamos en el primer capítulo de un relato muy intenso. 

El resplandor del sol se adhería a todos los gorros de piel, 
como el polen a los abejorros, 
y el resplandor del sol se adhirió al nombre INVIERNO 
y se quedó allí hasta que el invierno hubo pasado. 

Una naturaleza muerta de troncos, en el lago, me puso pensativo. 
Les pregunté: 
«¿Me acompañan hasta mi niñez?» Respondieron: «Sí».

La soledad e insondable naturaleza y silencios suecos hace de Transtomer, en mi opinión, el mejor compositor de haikus europeo. Vamos a emularle con respeto, inspirados en imágenes de un Aragón gélido y nórdico, por mor de los vientos-Wallander. Será mi felicitación de este año para todos vosotros:


Escarcha y pinos // Sombras de aguja y seta // Se han imprimido
-Pinares negros de Gúdar, límite sur de los pinos escandinavos-.

Señor del cierzo// Mil lágrimas de hielo // Riegan el suelo
-El Dios Moncayo, padre espiritual y señor del clima de casi todo Aragón. Dador de dolor y fecundidad, carga el aire fagüeño del suroeste que es cuando más llueve-.

Frontera oscura// La becada se oculta // Sombras de niño
-El Dios oscense solitario, hacedor de climas, es el Turbón. Un monte que, como el Moncayo lo tiene todo.

Ahora y para animaros a su lectura, compartiendo con vosotros la dificultad y grandeza y no ligereza del haiku en manos europeas, como excepción que hace la regla en ese país con tantos suicidios como los que debería tener España si no lo impidiera el paternalismo católico, este monumento de Transtomer que resume todos y cada uno de los artículos de todos los colaboradores de esta inolvidable página de vida.

Vidas mal escritas: 
la belleza persiste 
como un tatuaje.


08/12 Luis Iribarren